Sillares y mampuestos
acodillado
o acodado
Se califica así cualquier elemento estético o estructural emplazado entre otros que le obligan a adoptar la forma saliente de codo o a apear (1) sobre una base acodillada. Un caso particularmente explícito de acodamiento es el que desarrolla la imposta de muchas portadas románicas, abocinadas para acoger en el rebaje la escalonada sucesión de las arquivoltas (2) que montan sobre columnillas, las cuales a su vez forman acodo (4) con las semi pilastras acodilladas que las separan. Si bien no todos los elementos de las columnas que forman parte de una portada abocinada responden a la definición de acodillado —el fuste, por ejemplo—, la columna recibe sin embargo el nombre de acodillada, porque son acodillados la mayoría de sus componentes. Acantonada. Acodo (4).

Impostas, columnas y basas acodilladas. Ermita
de Santa María de Sorejana. Cuzcurrita de
Río Tirón (La Rioja). Siglo XII.

Torre de husillo acodillada de la colegiata
de Santa Juliana. Santillana del Mar
(Cantabria). Siglo XII.

El abocinamiento obliga a la imposta a acodillarse.
Iglesia de Santiago. Ribadavia (Orense). Inicios
del siglo XIII.

Columnas acodilladas. Sala capitular del
monasterio cisterciense de Santa María
de Piedra. Nuévalos (Zaragoza). Siglo XIII.

Impostas acodilladas. Casa de los condes de Morata
o palacio de los Luna, hoy Tribunal Superior de
Justicia de Aragón. Siglo XVI. Zaragoza.

Basas acodilladas. Portada de la iglesia de
Santos Cornelio y Cipriano. Revilla de Santullán
(Palencia). Siglo XII.

Capiteles e imposta acodillados. Portada
de la iglesia de San Nicolás de Bari. Plasencia
(Cáceres). Siglo XIII.

Pilastras y capiteles mudéjares acodillados.
Iglesia de San Martín, hoy centro de
interpretación del arte mudéjar. Cuéllar
(Segovia). Siglo XII.

Cimacios acodillados de la puerta del Perdón.
Iglesia de Santiago. Villafranca del Bierzo
(León). 1186.
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