Sillares y mampuestos
anillado
Califica principalmente al fuste que presenta una o más anillas rodeándolo en puntos diferentes de su recorrido. Si bien el arte románico —tan prolífico y libérrimo en la configuración de sus fustes— ya conoció esta modalidad, fue con el renacimiento y el manierismo cuando se hizo más visible esta forma de adornar las columnas. En la España renacentista, Aragón fue sin duda la región que más ornamentó sus palacios con este tipo de columna. Si bien, como ya se ha dicho, afecta solo al fuste, es habitual al hablar del anillamiento echar mano de la sinécdoque y referirinos a toda la columna como «anillada». Por su propia naturaleza los balaustres son propensos a rodearse del pie a la cabeza de algún tipo de aros.

Patio del palacio de Sástago (sala de exposiciones
de la diputación provincial de Zaragoza). Siglo XVI.
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