Sillares y mampuestos
baquetón
- Bocel grueso —mejor que baqueta, aunque esta le dé el nombre— que, agrupado verticalmente con otros boceles alrededor de un voluminoso y elevado fuste central, constituye en la arquitectura gótica el pilar fasciculado. Es decorativo y estructural a un tiempo. Contrapilastra.
- Bocel corto y robusto que se alinea con otros boceles de similar calibre y longitud para formar el friso (4) serrablés o larredense de tantos templos rómanicos repartidos por la comarca oscense del Serrablo. Hay que advertir que la apariencia cilíndrica de estos baquetones es nada más, en muchos casos, el extremo redondeado de un sillar que oculta el resto del bloque pétreo (2) en el interior de la fábrica.
- Moldura no siempre cilíndrica muy aparente que suele ir acompañada de otras molduras (baquetas, boceles, junquillos [1] o tondinos) formando la ornamental curvatura de las arquivoltas (2), los nervios de muchas bóvedas románicas, algunas chambranas, etcétera. A veces se presenta en forma de anillo rodeando el fuste de una columna u otros elementos.
Es evidente que la uniformidad lineal del baquetón —al igual que sucede con muchos fustes e innumerables molduras— no responde la mayoría de las veces al torneado de una sola pieza monolítica, sino a la yuxtaposición en línea de muchas piezas cortas labradas con igual factura y que conforman el aspecto homogéneo y continuo que percibimos.
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