Sillares y mampuestos
basílica
Edificio romano multifuncional, donde se ventilaban las transacciones más importantes, se dirimían los pleitos comerciales y se oficiaban determinados actos de culto. Con el advenimiento del cristianismo como religión oficial del Imperio en tiempos del emperador Teodosio (378-395), la Iglesia se apropió de la basílica para sus asambleas y celebraciones litúrgicas.
La actual basílica cristiana consta de planta (1) longitudinal de tres o cinco naves —la central más ancha y de mayor altura— separadas por columnas o pilares (1). La nave principal termina indistintamente en ábside de medio cilindro o en testero recto, diseño que en no pocos casos seguirán también las naves laterales. En origen la basílica no tenía transepto, pero pronto introdujo uno muy somero, que con el tiempo iría alargando sus brazos hasta formar con la nave mayor la planta de cruz latina. Al principio todas las naves estaban rematadas con cubiertas (1) de madera, pero para prevenir incendios fueron reemplazadas paulatinamente por bóvedas de cañón y de arista (4).
Con los años, el nombre de basílica pasó a ser también un título honorífico, que el Sumo Pontífice confiere todavía hoy a algunas iglesias principales, no necesariamente catedrales o colegiatas; y se da la paradoja de que muchas veces el trazado de la iglesia distinguida con rango basilical no responde en absoluto a los cánones arquitectónicos de una basílica.

Iglesia prerrománica de Santiago, con planta basilical.
Gobiendes (Colunga, Asturias). Finales del siglo IX.
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