Sillares y mampuestos
betilo
Del hebreo Beth-El (‘la casa de Dios’, ver Génesis, 28, 22), señala en muchas culturas antiguas cualquier piedra de características especiales, generalmente de origen desconocido (tal vez, en algunos casos, un meteorito), a la que se le atribuyen propiedades divinas o, cuando menos, se le rinde veneración por su presunta vinculación con el más allá, por cuanto que su irrupción en la historia humana se atribuye crédulamente a alguna intervención sobrenatural. En culturas de honda raigambre atávica y de incuestionables creencias deviene, por consiguiente, una piedra sagrada, y aun sin representar figura alguna es no solo la imagen de la divinidad, sino también su misma morada; de ahí que se halle normalmente en algún santuario. Si bien son frecuentes los betilos de forma alargada, los hay también esféricos y ovoides. Ónfalo.

Piedra de los Deseos o betilo de Arjona (Jaén).
Procede de la antigua catedral gótica de la
capital jienense.

Parte visible del pilar de la Virgen expuesto
a la veneración de los fieles. Basílica del
Pilar. Toda la columna (172 x 24 cm) es
de jaspe. Zaragoza.

Piedra Scone (159 kg), sobre la que se coronaban
antiguamente los reyes de Escocia. Castillo de
Edimburgo.
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