Sillares y mampuestos
caja escénica
En un teatro tradicional, espacio destinado a la representación actoral y al emplazamiento de la tramoya (dispositivos técnicos que hacen posible los cambios de decorado y otros efectos visuales y sonoros). Comprende desde el subsuelo del escenario hasta el peine, o sea, la parte más alta del espacio escénico, oculta al público, donde se alojan algunos decorados y los equipos de sonido e iluminación —independientemente de que en la platea o en los palcos haya otros equipos técnicos auxiliares—.
Flanqueando la caja escénica y de lado a lado de la parte alta del escenario puede haber bambalinas, estrechos y colgantes lienzos que, además de decorar, ocultan focos y tramoyas; por las bambalinas laterales principalmente salen a escena los actores. Al fondo del escenario hacen acto de presencia los cambiantes decorados, bastidores (3) varios y montajes de diversa índole, que no solo añaden una sensación de mayor profundidad, sino también una mayor plasticidad visual, que complementa la trama representada.
En la jerga teatral se ha usado siempre la locución «hacer mutis por el foro» para referirse a la acción de abandonar los actores la escena; ese foro (2) se identifica aquí con el fondo del escenario, si bien en el teatro moderno los intérpretes hacen mutis preferentemente por los laterales.
Debajo del escenario, un primer sótano alberga la utilería y otros posibles atrezos, así como el foso (2) de los músicos, que rebasa el borde del proscenio (1).
Vista de frente, la caja escénica queda delimitada por un marco o boca de escenario, provista generalmente de un telón que sube y baja a discreción, o que, saliendo de los extremos, cierra el proscenio juntándose por el centro. Entre el telón y el borde del escenario —llamado también candilejas por las luces o candiles que antaño a todo lo largo contenía— queda un espacio de cortesía, no superior a dos metros de ancho, que recibe el nombre de corbata, y que a veces juega un papel en la representación, a menudo de forma sorpresiva, antes de que el telón se levante y nos deje ver la embocadura, el espacio destinado exclusivamente a la representación.

Envoltorio exterior de la nueva caja escénica
(2007) del teatro Pérez Galdós (1890).
Las Palmas de Gran Canaria.
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