Sillares y mampuestos
disputa románica
Entre las numerosas disputas que han surgido a lo largo de la historia del arte hay una que hace referencia a las labras románicas y algunas pinturas que en el norte de España jalonan el Camino de Santiago y sus cercanías. Es la disputa que se ha dado en llamar «escultura de peregrinación».
Aun siendo innegable la influencia que en el románico español tuvo su homónimo francés, en la ruta francojacobea al sepulcro del apóstol Santiago en territorio español hay muestras románicas, singularmente esculturas, que son anteriores en el tiempo y de una calidad igual, si no superior, a las del resto de Europa. En un somero repaso a tales obras (1 y 2) encontramos la riqueza escultórica de los capiteles de San Martín de Frómista, la preciosista estatuaria de la puerta del Cordero de la colegiata de San Isidoro de León, las logradas esculturas de la caótica puerta de las Platerías de la catedral compostelana, el apacible apostolado de la Cámara Santa de Oviedo, los imaginativos capiteles y elaborados paneles en los machones esquineros del claustro inferior del monasterio de Santo Domingo de Silos, los excelsos frescos de las bóvedas del panteón de los Reyes de la colegiata de León… Todo esto pudieron admirarlo los peregrinos franceses antes de que se materializaran las esculturas de sus monumentos románicos más señeros. La aludida disputa gira, pues, entorno a si las referidas esculturas son o no anteriores y superiores en ejecución a las labras francesas, tradicionalmente acreditadas por su antigüedad y buena factura , así como a su autoría.

Puerta de las Platerías. Catedral de Santiago Apóstol.
Santiago de Compostela (La Coruña). Principios del
siglo XI.
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