Sillares y mampuestos
estadio
- Espacio en la antigua Grecia destinado a las carreras a pie. Recibía el nombre de esta misma competición atlética, στάδιον (‘estadion’), que contaba 600 pies griegos. Más tarde, en el mismo recinto entraron en liza otras competiciones deportivas, las cuales vendrían a configurar los Juegos Olímpicos y los Panhelénicos. Consistía el estadio en un rectángulo de tierra apisonada, que variaba de unas polis a otras: de 178 a 210 m de largo por 29 m de ancho. El extremo de la pista donde daba comienzo la carrera era recto, mientras que el lado contrario se cerraba en hemiciclo (3). Aprovechando la inclinación en talud (3) del terreno, disponía de graderío para el público a todo lo largo de su perímetro. No hay que confundir estadio con palestra; mientras aquel destacaba por sus grandes dimensiones y el graderío perimetral que acogía a los numerosos asistentes al espectáculo —razón fundamental del estadio—, la palestra grecorromana se caracterizaba por ser un espacio más reducido, garante de una mayor privacidad en la práctica de los ejercicios gimnásticos y deportivos que allí se desarrollaban.
- Recinto moderno, por lo común de grandes proporciones, con múltiples graderíos para los espectadores, destinado mayormente a competiciones de fútbol, sin perjuicio de que en ocasiones acoja también otros actos multitudinarios. Pabellón (5).

Estadio Panatinaico de Atenas, reconstruido con
mármol pentélico para los primeros Juegos
Olímpicos de 1896.
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