Sillares y mampuestos
helicoidal
Elemento arquitectónico que evoluciona con giros de hélice. Dos formas helicoidales destacan tradicionalmente sobre las demás: la escalera de caracol y la columna de desarrollo sinuoso. La primera representa directamente la imagen explícita de lo que entendemos en arquitectura por helicoidal, y no necesita más explicación. La columna sinuosa, en cambio, juega con la complejidad del fuste o de los fustes que la componen para expresar todas sus virtualidades. Un fuste único curvilíneo o en espiral origina la columna salomónica (ver este artículo). Es igualmente helicoidal, sin ser salomónica, la columna con fuste estriado o abocelado (2) de base circular o cuadrada que gira sobre sí mismo. Las columnas torsa y entorchada (2), con dos o más fustes en torsión, completan el grupo de las columnas helicoidales.
Gracias a la ingeniería moderna y a los nuevos materiales y técnicas de construcción, la prevalencia nominal que «helicoidal» ha ostentado a lo largo de los siglos a favor de escaleras y columnas es hoy compartida con grandes estructuras edilicias, como algunos rascacielos.
Entorchado. Espira (1 y 2). Funículo. Sogueado. Torso (1).

Columnas entorchadas. Galería superior del patio
de los Leones del palacio de los duques del
Infantado. Guadalajara. Siglo XV.

Columna salomónica. Palacio de los
Paéz de Castillejo. Museo Arqueológico
y Etnológico. Córdoba. Siglo XVIII.

Columnas entorchadas del convento franciscano
de San Bartolomé (hoy centro cultural). Bellpuig
(Lérida). Siglo XVI.
♣ (clica encima de las imágenes)