Sillares y mampuestos
herreriano
o escurialense
Perteneciente o relativo al arquitecto cántabro Juan de Herrera (1534-1597), quien con la construcción del real sitio de El Escorial inauguró, dentro del clasicismo propugnado en Europa por el renacimiento, un estilo (1) arquitectónico propio, tendente al rigor geométrico, a los volúmenes limpios, al equilibrio visual de muros y vanos y a la ausencia casi total de decoración («estilo desornamentado»). En lo herreriano destaca la severa horizontalidad, lograda gracias a la simetría de las formas, preferentemente cúbicas. La pizarra como cubrimiento (1) piramidal y las torres chapiteladas sirven como elemento vertical de compensación. El estilo herreriano estuvo especialmente activo hasta mediados del siglo XVII, si bien convivió —como sucede siempre con todas las tendencias artísticas— con las formas más coloristas del clasicismo renacentista, con las más afectadas del manierismo y las primeras manifestaciones barrocas. Fruto de ello es en numerosos casos la alteración contemporizadora de las esencias fundacionales en edificios que habían empezado a construirse al dictado de la sobriedad herreriana.
En otras obras (2) de la meseta castellama, el exclusivo sillar berroqueño del monasterio escurialense se combinará con el modesto ladrillo, en tanto que en el norte de la Península —especialmente en Galicia, que siempre construyó con granito local— se optará por la nobleza de la piedra para las monumentales construcciones herrerianas que allí se llevaron a cabo.

Cárcel de Corte o palacio de Santa Cruz (hoy sede del
Ministerio de Asuntos Exteriores). Madrid. 1634.

Claustro de la Hospedería. Monasterio trapense
de Santa María de Huerta (Soria). Comienzos
del siglo XVII.
♣ (clica encima de las imágenes)