Sillares y mampuestos
horror vacui
/órror vácui/ (escríbase: horror vacui u «horror vacui»)
En una composición artística, miedo al espacio vacío, a los huecos sin nada, a superficies lisas sin representación alguna. El afán de llenarlo todo de figuras y aderezos puede, sin embargo, llegar a producir saturación visual y agobio en quien lo contempla. El horror vacui no tiene preferencia por un estilo (1) artístico concreto ni busca emplazamientos determinados, pero entre sus manifestaciones destacan las profusas decoraciones islámicas en el interior de los palacios, y en concreto los hispanomusulmanes, las pobladas bóvedas y los nutridos retablos del gótico florido, las muy cuajadas fachadas platerescas y los exuberantes atiborramientos churriguerescos, muy especialmente en portadas y retablos. Pero también el arte románico, tan adusto y ecuánime en sus planteamientos ornamentales, conoció algunos desahogos figurativos que, a su manera, anticiparon la eclosión plástica del último gótico.

Capilla de la Virgen del Rosario (s. XVIII).
Basílica de Ntra. Señora de la Asunción
(s. XVI). Villanueva de la Jara (Cuenca).

Porta Speciosa. Iglesia del monasterio benedictino
de San Salvador de Leyre. Yesa (Navarra). Siglo XI.
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