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Sillares y mampuestos

iconostasio

Pared o gran mampara poblada de iconos, que en las iglesias bizantinas de rito ortodoxo separa el presbiterio (con su altar) —reservado a los oficiantes de la liturgia— del resto del templo donde oran los fieles. Consta por lo común de tres puertas, una mayor en el centro —que solo traspasan los presbíteros—, y otra más pequeña a cada lado para uso de los demás servidores del altar. Recientemente, en algunos templos ortodoxos más pequeños se ven iconostasios que ya no ejercen la función de dividir el recinto en dos —y por tanto sin necesidad de puertas—, pareciéndose más al retablo de las iglesias católicas, pero con los iconos propios del iconostasio tradicional.

En los templos prerrománicos (siglos V-X), si bien nunca participaron ellos de la tradición iconográfica oriental, recibió también el nombre de iconostasio el semimuro fijo o la pared con uno o más arcos que separaba el área del altar de la zona reservada al pueblo. Las iglesias de rito romano del sur europeo fueron perdiendo la tradición del iconostasio prerrománico y fueron asimilando el espíritu iconográfico oriental, que se materializó a partir del periodo gótico en el retablo, una recreación mixta escultórica-pictórica-arquitectónica fijada al muro y, por ende, sin la funcionalidad del iconostasio.

El progresivo desarrollo arquitectónico que poco a poco fue experimentando el iconostasio ortodoxo fue el inspirador, en algunos templos góticos de la franja media y norte de Europa, de un artístico muro de separación entre el presbiterio (a veces también el coro) y la asamblea, pero estilísticamente —como era de esperar— muy distinto, a la par que se le añadía un nuevo cometido: servir de tribuna de predicación y de excelsa plataforma desde donde entonar cánticos y dirigir las preces de los fieles (embrión del púlpito posterior). Con el nombre francés de jupé, este biombo arquitectónico fue desarrollando formas góticas cada vez más elaboradas, y se extendió rápidamente por catedrales, colegiatas e iglesias abaciales, al tiempo que recibía nuevas denominaciones, tales como coro alto y rood screen (‘pantalla techada’). Con el renacimiento y todavía más con el barroco fue desapareciendo esta bella estructura divisoria, de la cual permanecen hoy en pie, sin función litúrgica alguna, escasos ejemplares.

Plúteo.

 

 

Catedral de San Alejandro Nevski. Sofía (Bulgaria).
1912.

Iglesia ortodoxa rusa de S. Miguel Arcángel.
Altea (Alicante). 2007.

Iglesia ortodoxa rusa de la Anunciación. Vallcarca,
Barcelona. 1910 y 2011.

Catedral ortodoxa de San Demetrio. Berat
(Albania). Siglo XVII.

Catedral ortodoxa griega de los Santos Andrés
y Demetrio. Madrid. 1973.

Basílica de San Marcos. Venecia. Siglo XII.

Iglesia prerrománica de Santa Cristina. Pola de
Lena (Asturias). Segunda mitad del siglo IX.

Iglesia prerrománica de San Julián de
los Prados. Oviedo. 840.

Iglesia de San Pedro. Alba Fucens (L’Aquila, Italia).
Siglo XII.

Ermita prerrománica de San Esteban. Viguera
(La Rioja). Siglo X.

Iconostasio mozárabe de las crujías laterales
de la iglesia de San Miguel de Escalada
(Gradefes, León). Siglo X.

Iglesia de Santa Margarita de Lothbury. Londres.
Siglo XVII.

Basílica/colegiata abacial benedictina
(hoy priorato). Wechselburg (Sajonia,
Alemania). 1230.

Iglesia de San Pantaleón. Colonia (Alemania).
Finales del siglo X.

Catedral de Santa Cecilia. Albi (Francia).
1282-1480.

 

 

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