Sillares y mampuestos
koré/kurós
(escríbase: koré, kurós o «koré», «kurós»)
Escultura de la época arcaica (1) griega, de influencia egipcia, que en el caso de koré (korai en plural) representa el estereotipo de una joven, de pie y vestida, de aspecto macizo y rigidez corporal. El equivalente masculino es el kurós (kuroi en plural), un mancebo que siempre se representa atlético y desnudo. Ambos son un paso importante en la evolución de la estatuaria primitiva, cuyos únicos exponentes hasta entonces eran el tótem o fetiche de madera (xoana) y el exvoto propiciatorio. A partir de ese momento la escultura se independiza en cierto modo del ámbito religioso, y en adelante no va a estar ya necesariamente vinculada al referente divino, por más que los dioses son representados, ahora más que nunca, en forma humana. Se pone de manifiesto ante todo que, en arte, el ser humano es considerado la máxima expresión de la belleza. Koré y kurós son el anuncio de la inmortal labra (1) clásica (1) de los siglos venideros, que va a transformar aquel hieratismo estático primitivo en un realismo escultórico capaz de modelar no solo la perfección detallista de un cuerpo atlético, sino de transmitir además la complejidad emotiva y pasional del pathos.

A: Koré Oferente (1,17 m). Museo Acrópolis.
Atenas. 530 a. e. / B: Kurós de Creso (1,75 m).
Museo Arqueológico de Atenas. 530 a. e.

Koré de Auxerre (0,65 m), en la actualidad
y como se supone que fue. Origen: Creta.
Circa 650 a. e. Museo del Louvre.

Kurós Efebo en pose de auriga.
Museo Arqueológico Regional.
Agrigento (Sicilia, Italia). Siglo V a. e.

A: kurós de Aristodikos (1,95 m). Museo AN
de Atenas. 500 a. e. / B: kurós de Munich
(2,08 m). Gliptoteca. Munich (Alemania).
Hacia 525 a. e.
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