Sillares y mampuestos
metopa
En un friso (2) dórico, espacio rectangular, liso o con relieves (1), entre los triglifos, y ligeramente rehundido respecto de estos últimos. En origen, las metopas no eran sino los huecos que quedaban entre las vigas de madera que apeaban sobre el arquitrabe sosteniendo la cubierta (1) de los templos griegos en el periodo arcaico.
Siglos más tarde, el arte románico copió sin añadir apenas cambios el friso corrido jónico y corintio, y reinterpretó el friso dórico convirtiendo los triglifos en canecillos; las metopas, en cambio, las trabajó con la doble modalidad de lisas y labradas, copiando motivos animales o vegetales. El arte renacentista más tardío prosiguió en la misma línea, dando ocasionalmente a triglifos y metopas formas muy elaboradas.

Metopas despojadas de sus relieves. Templo
dórico de Hera. Selinunte (Trapani, Sicilia).
Siglo VI a. e.

Friso dórico procedente del templo de Selinunte.
Siglo VI a. e. Museo Arqueológico de Palermo
(Sicilia, Italia).

metopas románicas entre canecillos
Arimez de la portada norte de la iglesia de
San Quirce (Burgos). Siglo XII.

Metopas entre canecillos. Ábside de la iglesia
de la Asunción. Sequera del Fresno
(Segovia). Siglo XII.

Versión renacentista aragonesa de un friso
románico ‘more dórico’. Palacio de los condes
de Argillo (Museo Pablo Gargallo). Zaragoza.
1661.
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