Sillares y mampuestos
miniado
Ver también: iluminación y miniatura
Término directamente relacionado con el scriptorium monacal de la Edad Media, donde los amanuenses copiaban y confeccionaban los códices o libros manuscritos sirviéndose de una tinta muy especial que mezclaban con minio, óxido de plomo de color rojo anaranjado, de reconocidas propiedades antioxidantes. Ciertos códices no se concebían como tales sino iluminados con profusión de policromías ornamentales y otros dibujos que recibían el nombre de miniaturas. Al igual que miniado, miniatura viene de minio, por ser este el componente fundamental de la pintura y de la tinta que las hacía posibles. Tuvieron tanto éxito aquellas diminutas ilustraciones rodeadas de filigranas geométricas y vegetales poblando las hojas de pergamino de los códices, que acabaron por apropiarse del nombre de la sustancia que las alumbró. Pronto se puso de manifiesto la importancia del miniado para la arquitectura, pues trascendiendo el ámbito bibliográfico, las coloristas ilustraciones de aquellos libros iluminados sirvieron de modelo y de fructífera inspiración a muchos canteros románicos en la labra (1) de tantas y tan complejas fantasías alegóricas, plasmadas en capiteles, canecillos, arquivoltas, claves, sillerías (2), frisos (4) y tímpanos de la mayoría de las iglesias y monasterios de su tiempo. Beato. Facsímil.

Pentateuco de Ashburnham, probable
origen visigótico (obrador de San
Isidoro de Sevilla). Biblioteca Nacional
de París. Siglo VII.

Beato de la catedral de El Burgo de Osma (Soria).
Escrito e iluminado en 1086 en el scriptorium del
monasterio benedictino de Sahagún (León).

Autorretrato del prestigioso maestro Miguel en la
portada de la iglesia románica de San Cornelio y San
Cipriano (Revilla de Santullán, Palencia) al lado del
libro del que toma los modelos que esculpe
en la piedra. Finales del siglo XII.
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