Sillares y mampuestos
órgano
Por ser el rey de los instrumentos musicales, pues los compendia todos, es también el único consagrado por la Iglesia como propio, y por tanto el único también con presencia permanente en los templos.
Los hay de muchos tamaños, incluso exentos y transportables (órganos de realejo), pero por lo común el órgano es una pieza estática y fija, de grandes dimensiones, que se adosa a cualquier muro interior del templo: a los pies como parte integrante del coro alto, en algún hastial del transepto, en la nave central dentro del coro bajo y asomándose a las naves laterales, e incluso en el mismo presbiterio. En las catedrales es habitual encontrarlo en varios de estos sitios a la vez (son célebres los diez órganos de la catedral de Toledo, incluido el de la sacristía).
En los órganos antiguos, una muy elaborada caja (4) de madera o yeso espejuelo envuelve artísticamente la parte mecánica del instrumento, y a su alrededor destacan —enhiestos unos y acostados otros— los plateados tubos de algunos registros, confiriéndole al conjunto una majestuosidad acorde con la sonoridad que el instrumento produce.
En muchas salas de concierto el órgano preside la llamada impropiamente ‘caja escénica‘.

Órgano de la epístola. Catedral de Santa
María de la Encarnación. Granada.
Segunda mitad del siglo XVIII.

Iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora.
Carmelitas Descalzos. Écija (Sevilla). Siglo XVIII.

Iglesia de San Hipólito el Real. Támara
de Campos (Palencia). Órgano único
sobre columna. Siglo XVI.

Órgano de realejo. Escolanía del Real
Sitio de Covadonga. Cangas de Onís
(Asturias). Final del siglo XVIII.
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