Sillares y mampuestos
par
o alfarda (1)
En la armadura (1) de una cubierta (1) de madera, cada una de las vigas o maderos dispuestos en serie de forma paralela, acomodándose a la inclinación del tejado, para formar el faldón (1) que corresponde a cada vertiente. Los pares se colocan separados unos de otros, por lo común a una distancia igual a dos veces su propio grueso, y entestan o bien directamente con los pares de la otra vertiente, o bien mediante una larga viga de nombre hilera (3) o cumbrera (2), que se interpone longitudinalmente entre las cabezas de los pares, en paralelo al eje de la cubierta. Por el extremo inferior las alfardas apean en el respectivo estribo (3) de cada faldón, que se encarga de transmitir a la pared los empujes de la armadura.
En la armadura de parhilera, el madero donde entestan las alfardas de ambas vertientes (cumbrera [2]) suele ir reforzado por debajo y por tramos con péndolas (1), que descansan a su vez en el centro de dos o más tirantes (1).
En la armadura de par y nudillo, sin embargo, los mismos nudillos contrarrestan el empuje de los pares, razón por la cual la cumbrera no necesita el refuerzo de las péndolas. No obstante, en algunos casos estas se colocan igualmente, entestando donde se juntan las alfardas con los nudillos y apeando en los tercios extremos del tirante.
Por último, en la cubierta de limas con forma de artesa los pares se arriostran directamente con los nudillos que conforman la base de esa artesa invertida, es decir, el techo visto propiamente dicho.
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Ermita de San Sebastián. Mas de Jacinto o Masada
(Castielfabib, Valencia). Primer tercio del siglo XIX.

Armadura de par y nudillo. Capilla mayor
de la iglesia de Santa Úrsula. Adeje (Santa
Cruz de Tenerife). Siglo XVI.
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