Sillares y mampuestos
pareada
Si bien el término deriva de par, como equivalente de dos unidades, y que por consiguiente puede aplicarse a cualquier conjunto que lo refleje, en arquitectura se reserva tal denominación para identificar dos columnas discretamente separadas una de otra que forman un todo sustentante. No hay que confundir, por tanto, las columnas pareadas con las columnas geminadas o adosadas, que como su nombre indica van pegadas entre sí y en número indeterminado.
Las columnas pareadas comparten en muchos casos el plinto (1) y el cimacio (2 y 3) (equino si corresponden al clásico [1] orden [1] dórico), en tanto que el capitel y la basa de cada columna, identificables en todo momento, se yuxtaponen —aunque los capiteles figuren íntimamente relacionados en su labrada representación—. Las columnas geminadas, por el contrario, no siempre lucen sendos capiteles y basas, sino que con frecuencia exhiben un único y respectivo elemento para los dos fustes unitarios.
Las llamadas viviendas pareadas tampoco hacen siempre justicia a su apelativo, ya que ni forman generalmente unidades pares ni hay entre ellas separación alguna que las aísle. Si de manera improvisada se les atribuye tal nombre debido a que están pared con pared una de otra, habría que buscar otro significante más certero, construido con pared como raíz semántica, que expresase a carta cabal su pretendido significado. El calificativo de ‘adosadas’ con que también se las conoce se ajusta mejor a la realidad que expresa.

Columnas pareadas del palacio de los
marqueses de Medina, mal llamado
«Palacio del Infantado». Sevilla. 1799.

Claustro del m.º de monjas cistercienses de
Santa María la Real. Villamayor de los Montes
(Burgos). Siglo XIII.
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