Sillares y mampuestos
persa
El arte persa antiguo se circunscribe al territorio de la actual Irán. Pueblos indoeuropeos se asentaron aquí superado ya el segundo milenio a. e., pero solo a partir del siglo VII a. e., con Darío I el Grande, se comenzaron a dar muestras sobresalientes de este arte, que se expandiría después por otras regiones de Oriente Medio a medida que el poderío militar del correspondiente imperio aqueménida conquistaba nuevos territorios.
La arquitectura persa es eminentemente palacial (ciudades-palacio) y funeraria (hipogeos). El factor religioso, en cambio, apenas tuvo expresiones artísticas dignas de mención.
La cercanía y posterior absorción de las tierras mesopotámicas influyeron de forma notable en la plasmación del arte persa, que en muchos aspectos es deudor del arte sumerio.
Los palacios, precedidos de propileos, eran aterrazados y rodeados de muralla de almenas escalonadas (e). Conformaban su enorme extensión espacios porticados (2) y arquitrabados muy amplios, entre los que destacaba el gran salón hipóstilo de las audiencias o apadana, poblado de columnas estriadas sobre basas campaniformes, que podían alcanzar los veinte metros de altura con voluminosos capiteles taurófilos. Elevadas puertas adinteladas y rematadas en gola (2) establecían la separación entre las distintas estancias áulicas. Relieves (1) murales (2) cubrían tanto en piedra como en cerámica esmaltada grandes zonas del palacio.
Además de los relieves referidos, la escultura —reflejo fiel del arte sumerio— adquiría grandes proporciones en forma de figuras zoomorfas (2), entre las que destacaba la pareja de toros alados, frecuentemente androcéfalos, como guardianes a la entrada del palacio.

Puertas adinteladas en gola del palacio de Tachara
o de Darío I el Grande. Persépolis (Irán).
Entre 520 y 465 a. e.

Tumba real aqueménida (junto a otras
iguales). Necrópolis de Naqsh-e Rostam
(a 4 km de Persépolis, Irán). ± 480 a. e.

Murallas con almenas escalonadas en los distintos
niveles del palacio de Persépolis (Irán).
Siglos VI y V a. e.

Toros androcéfalos. Puerta de las
Naciones y columnas de la apadana.
Palacio de Persépolis (Irán).
Hacia 486 a. e.
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