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Sillares y mampuestos

románico

Estilo (1) predominante en Europa durante los siglos XI, XII y parte del XIII, el primer estilo claramente cristiano y europeo que supo aglu­tinar las diferentes corrientes artísticas (romana, bizantina, prerrománica, germánica y árabe) preexistentes en la Alta Edad Media, consiguiendo formular un lenguaje específico y coherente.

Al igual que se llamaron románicas o romances las lenguas deriva­das de latín, idioma que hicieron internacional los romanos gracias a la expansión de su imperio, se convino en 1818 apellidar también «románico» a ese modo de construir ecléctico antes señalado, y que tomaba sus fundamentos de las técnicas proceden­tes del arte romano. No nace el románico como reacción a estéticas anteriorers ya amortizadas, ni debe su cuna a una sola re­gión; surge espontáneamente y de for­ma paulatina, casi simultánea, en Italia, España, Francia y Alemania, con peculiarida­des autóctonas, pero con la suficiente unidad como para ser consi­derado un estilo homogéneo.

En la evolución o desarrollo del románico distinguimos tres fases:

– primer románico (980-1075): soluciones arquitectónicas tradicionales se combinan con elementos nuevos buscando una estética diferente

– románico pleno (1075-1175): quedan definidas sus características esenciales, con especial protagonismo de la escultura monumental (2) e historiada

tardorrománico o románico de transición al gótico o protogótico (de 1147 al primer tercio del siglo XIII): entran en escena el arco ojival, la bóveda de cañón apuntado y la bóveda de crucería —tomados del ya en ciernes estilo gótico— y promovidos por los austeros monjes cistercienses frente a los «excesos» ornamentales del románico pleno, el francés especialmente.

El robusto románico de sillares y labras (1) brotó como consecuencia de la pros­peridad material y la renovación espi­ritual, y se expandió gracias a las peregrinaciones y al ímpetu fundacional de la orden benedictina. Habida cuenta de que la sociedad medieval pivotaba en torno a la religión, fueron los edificios religiosos los que recibieron el mayor impulso constructivo. En menor medida in­cidió en la arquitectu­ra civil, especialmente en la militar o de sesgo nobiliario, al tiempo que la arquitectura popular quedaba circunscrita a las construcciones de madera y adobe; por dichas razones apenas nos han quedado muestras románicas de dichos ámbitos.

Más frecuente en la construcción románica que en la de otros estilos es la interrupción en el tipo de materiales empleados. No son pocos los monumentos románicos que se comenzaron con sillares escuadrados y tuvieron que terminarse con sillarejo o con ladrillo (este especialmente desde la aparición del arte mudéjar). El resultado es una fábrica que testimonia dos momentos, o consecutivos o muy alejados entre sí, en los que por debilitamiento de la financiación prevista para la obra (2) o por el encarecimiento de las materias primas hubo que optar finalmente por acabarla con materiales más humildes. Si esto sucedía tardíamente, lo que quedaba por construir adoptaba a menudo los cánones artísticos vigentes en la época en que se terminaba la obra.

En la península ibérica destacaron por su buen hacer maestros de obras (2) que plasmaron labras y arquitecturas que dan testimonio de su singular autoría. Estos son los más importantes: el maestro Esteban, que trabajó en la catedral de Santiago de Compostela (La Coruña) y en la seo románica de Pamplona; el maestro de Agüero (Huesca), autor también del panteón de San Isidoro de León; el maestro de Jaca (Huesca) y el maestro Miguel, que mostró su buen hacer especialmente en Moarves de Ojeda (Palencia).

Principales características arquitectónicas del arte románico:

empleo profuso del arco de medio punto

sillar escuadrado pero no pulido

ábside y absidiolos ornamentados

bóveda de horno, de cañón y de arista (4) en sustitución de la cubierta (1) de madera

gruesos muros y contrafuertes exteriores adosados para contrarrestar los empujes de la bóveda

recios pilares (1) interiores (en sustitución de las columnas) sobre los que montan los arcos de las naves

claustro

abundante decoración escultórico-pictórica con motivos del bestiario

esculturas y labras que, sometidas a los requerimientos arquitectónicos, eluden los cánones formales (escultura monumental [1])

arquivoltas (2)

galería porticada (2)

columnas pareadas geminadas (2)

cimacio (2) de gran desarrollo, a menudo compartido por dos o más cestas

capitel de inspiración libre, frecuentemente historiado

arquería ciega tanto en interiores como en exteriores para ornamentar y reforzar los muros

bóvedas, paramentos (1), portadas, capiteles e imágenes pintados (ver pinturas románicas).

aleros que apean sobre canecillos

lesenas en los paramentos exteriores

fustes multiformes: lisos, labrados, torsos (1), estatuarios…

tímpano (1) semicircular y ornamentado presidiendo la portada

Ver también este artículo y este otro.

 

 

Arquitectura (a falta del claustro) de la catedral
de Santiago de Compostela, prototipo de iglesia
románica. Siglos XI y XII.

Iglesia de San Clemente. Taüll (Lérida).
1123.

Iglesia de San Martín de Tours. Frómista (Palencia).
Siglos XI y XIX.

Castillo de Sádaba (Zaragoza). Siglo XII.

Ábside de la colegiata de Santa María.
Arbás del Puerto (León). Siglo XI.

Iglesia de Sta. María de la Oliva. Villaviciosa (Asturias).
1270.

Cabecera de la iglesia de Santo Tomás
Cantuariense. Salamanca. Último cuarto
del siglo XII.

Claustro del monasterio benedictino de Santo
Domingo de Silos (Burgos). Siglo XI.

 

Galería porticada. Iglesia de Nuestra Señora
de la Asunción. Jaramillo de la Fuente
(Burgos). Siglo XII.

Iglesia de Santos Justo y Pastor. Segovia. Siglo XII.

Capitel del presbiterio de la colegiata de
San Pedro. Cervatos (Cantabria). Siglo XII.

Altar de la iglesia de S. Salvador de Cantamuda.
Palencia. Siglo XII.

Portada sur de la colegiata de Santa María la Mayor.
Uncastillo (Zaragoza). 1155.

columnas estatuarias
1. Basílica de San Vicente. Ávila. Siglo XIV.
2. Catedral de Santiago (La Coruña). 1188.

Iglesia de San Pedro. Ávila. Principios del siglo XIII.

Abadía benedictina de Santa Cecilia de Montserrat.
Marganell (Barcelona). Siglo X.

Columnas labradas de la portada
de la iglesia de Ntra. Sra. de la
Purificación. Lopidana (Álava).
Siglo XIII.

Monasterio benedictino de San Miguel. Cruilles (Gerona).
Siglo X.

 

 

(clica encima de las imágenes)